Llamar la atención internacional es algo frecuente en los momentos fundacionales de los procesos de integración entre naciones", comenta sobre la Alianza del Pacífico un hombre con experiencia en proyectos de este tipo, Félix Peña, que fue subsecretario argentino de Comercio Exterior (1998-1999) y de Integración Económica (1991-1992), cuando nacía el Mercosur.

 

 

 

"A través del tiempo, las expectativas que se generan, al menos entre países latinoamericanos, se han traducido luego en frustraciones. La curva hacia el desencanto no necesariamente culmina en que el proyecto sea abandonado. Pero se traduce en una pérdida de la relevancia", advierte el también profesor de las universidades Torcuato Di Tella y de Tres de Febrero, antes de referirse directamente al nuevo bloque: "Más allá del entusiasmo inicial, que parece evidente en los países participantes como en otros que aspiran a vincularse, cabe preguntarse sobre cuán sostenible en el tiempo será el proceso de integración".

 

México, Colombia, Chile y Perú formaron hace un año el nuevo bloque, casi al mismo tiempo que el Mercosur se ampliaba por primera vez desde su fundación en 1991, con la incorporación de Venezuela. En la cumbre de Cali, de mayo pasado, acordaron que el 30 de junio deberán tener pactada la liberalización de 90% de su comercio. El nuevo convenio entrará en vigor después, a medida que lo aprueben los parlamentos de los cuatro países. El 10% restante de los intercambios se abrirá paulatinamente en un período de siete años. Estos cuatro países ya tienen tratados de libre comercio (TLC) entre sí que han liberado entre 82 y 100% del comercio, según el caso.

 

La reciente cumbre de Cali resultó, según Peña, un "ejercicio exitoso de diplomacia mediática". Se han promovido como alternativa de inversión y comercial ante un Mercosur en el que Brasil crece menos, mantiene sus conflictos con la Argentina, acaba de sumar a la Venezuela chavista y tiene en vigencia un solo TLC con países de fuera de la región, con Israel. Los países de la Alianza del Pacífico han firmado TLC con Estados Unidos, la Unión Europea y otros países asiáticos, europeos, oceánicos y norteamericanos (13 en el caso de Chile, incluida China; diez, en el de Perú, contando al gigante asiático; seis, en el de México, y cinco, en el de Colombia).

 

 

Pero el Mercosur sigue siendo más grande en población (276 millones de habitantes contra 208 millones de la Alianza del Pacífico) y en su economía (3,3 billones, incluidos los 2,4 billones de Brasil, contra 1,9 billones). Su PBI creció menos que el de la Alianza del Pacífico en 2012, pero desde 2002 acumula una mayor expansión (457% frente a 137 por ciento). Recibió el año pasado inversión extranjera directa por US$ 84.022 millones, frente a los 71.045 millones de la otra costa americana.

La Alianza del Pacífico supera al Mercosur en comercio. Exportó en 2012 por US$ 573.870 millones -sobre todo México hacia Estados Unidos-, frente a 438.840 millones de su rival.

 

Los países más interesados en exportar que en proteger una industria muchas veces inexistente quieren sumarse a la Alianza del Pacífico. Costa Rica se encuentra en proceso de adhesión, mientras que Panamá y Guatemala pretenden unirse. Bolivia está en camino de integrarse al Mercosur y Ecuador será el siguiente. Son países donde el Estado juega un papel creciente en la economía.

 

 

La Alianza del Pacífico ha sumado países como observadores: Australia, Canadá, España, Francia, Japón, Nueva Zelanda, Portugal, y próximamente también Estados Unidos, que observa cómo su antiguo sueño del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) se concreta en forma parcial, sin Mercosur. Otros países latinoamericanos son observadores: Honduras, República Dominicana, El Salvador, Ecuador y dos miembros del bloque del Atlántico, Paraguay y Uruguay.

El vicepresidente uruguayo, Danilo Astori, dijo que su país aspira a convertirse en miembro pleno de la Alianza del Pacífico e insistió en la "inacción" del Mercosur. Opinó que las relaciones con la Argentina están en su "peor momento" y aclaró que "responder a esta situación no es pelearse, sino seguir trabajando", pero pidió "que no se impida a Uruguay buscar otras posibilidades". Según él, no hay incompatibilidades entre pertenecer al mismo tiempo a la alianza y al Mercosur. El nuevo bloque es una zona de libre comercio, es decir, no hay aranceles entre sus miembros, y no aspira a subir otro escalón en la integración y convertirse en unión aduanera, que consiste en que todos sus integrantes impongan las mismas tarifas a los productos importados desde fuera de ella.

 

El Mercosur ya tiene un tratado de libre comercio (TLC) con Chile, Colombia y Perú, y con México ha firmado un acuerdo marco que establece un esquema extraño para una unión aduanera, porque permite que cada uno de sus componentes firme acuerdos bilaterales con ese país. Es así que Uruguay rubricó un TLC con México, mientras que la Argentina y Brasil sellaron convenios puntuales en rubros como el automotor. Pero los TLC suelen liberar alrededor de 90% del comercio, mientras que la Alianza del Pacífico abrirá el 100 por ciento. Por eso es que el alto representante del Mercosur, el brasileño Iván Ramalho, declaró esta semana que Uruguay no puede negociar por separado su ingreso al nuevo bloque, sino sólo en conjunto con sus actuales socios. También en el Frente Amplio, al que pertenece Astori, el ala izquierda criticó la propuesta del vicepresidente tanto por esos motivos técnicos como por considerar que se trata de bloques "en pugna" y con "intereses diferentes" en torno de las "transnacionales".

En 2006, Uruguay intentó un TLC con Estados Unidos, pero el entonces presidente, Tabaré Vázquez, también se encontró con el rechazo de su Frente Amplio. Vázquez aspira a volver a la presidencia en 2015.

 

En Brasil también se ha instalado el debate sobre el Mercosur a propósito de la última cumbre de Cali. La Confederación Nacional de la Industria (CNI) emitió un comunicado advirtiendo al gobierno de Dilma Rousseff sobre que su país puede quedar "aislado" y que "corre riesgo de perder más espacio en sus mercados si no entra totalmente en el juego mundial de buscar nuevas sociedades en el comercio internacional". La CNI destacó la apertura de los países de la Alianza del Pacífico y advirtió que Estados Unidos está negociando un TLC con la UE y una Asociación Transpacífica (TPP, según sus siglas en inglés), que incluye también a Australia, Brunei, Canadá, Chile, Singapur, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú y Vietnam. Estados Unidos ha propuesto sumar a Uruguay. La CNI planteó que Brasil también necesita acuerdos, sobre todo con países emergentes, para recuperar un crecimiento más vigoroso. En la Federación de las Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), el director de Relaciones Internacionales, Roberto Gianetti da Fonseca, propuso librarse de la camisa de fuerza del Mercosur, es decir, rebajarla de unión aduanera a zona de libre comercio. "Pues no vamos a concluir ningún acuerdo teniendo a la Argentina y Venezuela como socios", dijo Fonseca. El bloque lleva 14 años negociando un TLC con la UE.

 

A fines de mayo, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, visitó Brasil y llamó a eliminar barreras al comercio. Ambos países están negociando acuerdos tributarios y de liberalización del intercambio de servicios, que no implicaría una ruptura del Mercosur porque no incluiría mercaderías. En octubre próximo, Rousseff visitará Estados Unidos, en lo que constituye la primera visita de Estado de un presidente brasileño a la superpotencia en 18 años. Además, Brasil negocia una ampliación de su tratado comercial con México.

 

En el Palacio de Itamaraty (sede del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil) han elaborado un informe interno para marcar diferencias entre uno y otro bloque. De por sí el comercio en este bloque fue en 2012 de US$ 55.942 millones, con caída respecto de 2011, pero superior en 376% respecto de diez años atrás. El intercambio interno en la Alianza del Pacífico llegó el año pasado a 12.708 millones, un 215% más que en 2002.

 

Itamaraty recuerda que la alianza acaba de anunciar la eliminación de visas entre ciudadanos de sus países, algo que ya rige en el Mercosur, donde sus habitantes incluso pueden moverse sólo con DNI. El nuevo bloque innovó al decidir la creación de una visa unificada para los visitantes de terceros países. La alianza tendrá embajadas conjuntas en algunos países.

 

En el Mercosur rige la homologación de siete títulos universitarios. Pero la Alianza del Pacífico dará 400 becas para intercambio de estudiantes del nivel superior.

El foro empresarial paralelo a la cumbre de Cali fue multitudinario. En el Mercosur se creó uno, pero en 2012. En este bloque ha habido misiones comerciales conjuntas puntuales, mientras que la alianza pactó acciones comunes de sus agencias de promoción de exportaciones, que abrirán una oficina compartida en Estambul. México quiere sumarse al Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), que une las bolsas de Santiago, Lima y Bogotá.

 

La alianza ha destacado que creará un fondo de US$ 1 millón para apoyar proyectos contra el cambio climático y a favor de la ciencia y la tecnología, las pymes y el desarrollo social. El Mercosur tiene un fondo de 127 millones que desde 2005 ha prestado 1000 millones para proyectos de infraestructura y competitividad.

 

La alianza firmará acuerdos para eliminar barreras fitosanitarias al comercio, algo que rige en el Mercosur desde 1992, y para liberalizar servicios y compras gubernamentales, aspectos en los que el bloque del Atlántico se ha quedado en los pactos.

 

El vocero de Itamaraty, Tovar Nunes, relativiza la competencia: "Nos complace que en América latina haya dinamismo comercial. Tenemos comercio con los países del Pacífico. Y tenemos una integración más profunda: el Mercosur. No vemos competencia. Por ahora la Alianza del Pacífico ha tenido pocos logros, pero esperamos que alcance más. Algunos de sus países son muy dependientes de las materias primas. Por ahora han tenido un éxito político y mediático. Lo que quieren tener nosotros ya lo tenemos. Muchas manufacturas del Mercosur se exportan al propio bloque. Para la industria de la Argentina están los mercados de Brasil y Venezuela. Menos mal que existe el Mercosur en este momento en que buscamos reestructurar la industria. Si no, estaríamos peor". Veremos quién ríe mejor, o si los dos bloques pueden sonreír.