En la última década, la Federación Rusa creció de manera sostenida abriendo un abanico enorme de posibilidades a la inversión extranjera, que su Gobierno promueve y alienta. Pero para ser una nación económicamente desarrollada aún necesita sacarse de encima los resabios de la economía centralizada, reducir la burocracia y mejorar la infraestructura
Hace casi 12 años que Rusia crece de manera sostenida. Sólo trastabilló en el 2009, acompañando la debacle europeo-estadounidense. Pero desde que Vladimir Putin asumió en el 2000 con su compromiso de un liderazgo fuerte (incluido el interregno de cuatro años de su delfín, Dmitry Medvedev), no para de crecer y modernizarse. Y tiene espacio para seguir haciéndolo.
Es el país más extenso del mundo y en los 17 millones de km2 de su territorio, no hay techo para construir infraestructura y mejorar la existente. El Gobierno lo sabe y lo alienta. Y no le teme a las inversiones extranjeras. Controladas, por supuesto. Incluso en áreas tan sensibles como la defensa.
Tras consolidar la industria espacial hace dos meses en una sola entidad, el siguiente paso de la Corporación Unida de Cohetería y Espacio será lanzar una Oferta Pública Inicial en dos años. ¿Una OPI? Sí, una herramienta de mercado, tradicionalmente apolítica, para revitalizar un sector nacional estratégico que consideran ineficiente y de baja productividad. "Rusia es parte de un mundo amplio", ha dicho Putin. "No queremos ni podemos aislarnos".
Gobierno, académicos y empresarios rusos reconocen que la economía tiene un bajo nivel de eficiencia y tecnología anticuada y buscan aggiornarla para que esté dentro de los estándares del primer mundo. No es suficiente la oleada de empresas extranjeras que ya tienen sus oficinas en Moscú. Hay que hacer más, desde adentro.
"En estos momentos no somos un país muy innovador", dice a 3Días Zhanna Belayeva, quien es consultora de empresas y directora del Centro de Investigación para la Excelencia en Responsabilidad Social Global de la Universidad Federal de los Urales. "Los ránkings lo muestran. Sólo el 1 % de la innovación en Rusia se convierte en un proyecto".
El gobierno de Putin lo sabe y es consciente de que para que Rusia sea un país económicamente desarrollado necesita sacarse de encima los resabios de la economía centralizada, reducir la burocracia y mejorar la infraestructura.
Haciendo negocios
Y en eso está trabajando. Con resultados sorprendentes: en dos años, el país avanzó 28 puestos en el informe de negocios Doing Business que publica anualmente el Banco Mundial. Pasó del puesto 120 en 2012, al 92 en el 2014, con un salto de 20 posiciones del 2013 al 2014. Probablemente no haya antecedentes en los diez años de vida del informe de un país que haya avanzado tanto.
La publicación más reciente, de octubre, ubica a Rusia por delante de los otros gigantes que integran los BRIC: China está en el puesto 96, Brasil en el 116 e India en el 134. En tanto, la Argentina retrocedió dos casilleros en un año y ocupa el puesto 126.
La ofensiva del gobierno federal ruso contra la burocracia y la corrupción tiene éxito porque está acompañada desde otros estamentos estatales y también por los privados. Las distintas jurisdicciones que integran la complicada división política del país, con repúblicas, regiones autónomas y distritos, todas tienen el mismo norte.
El Distrito Federal de los Urales, por ejemplo, en el centro del país y con Ekaterinburgo, la tercera ciudad de Rusia como faro, desarrolla sus propios planes y avanza de manera sostenida para abrirse al comercio y la inversión internacional.
Así es que la Cámara de Comercio e Industria de los Urales junto con el gobierno de Ekaterinburgo están trabajando en un programa de 10 puntos para que la ciudad sea más amigable al extranjero. Y el proyecto a primera vista es muy simple: que los cajeros automáticos también presenten las instrucciones en inglés, que los carteles de la calle estén en ruso e inglés, que los policías se puedan comunicar en algo que no sea ruso, etc.
Medidas simples que les dan color a las de fondo: en los últimos dos años simplificaron los trámites para crear una empresa así como para conectarla a la red eléctrica. "Se eliminaron ciertas partes del procedimiento que fueron escritas hace muchos años y ahora no se necesitan", dice a 3Días el ingeniero Andrei Becedin, presidente de la cámara.
El funcionario explica la riqueza mineral que tiene el distrito de los Urales y la región de Sverdlovsk en particular, y la disponibilidad a la apertura que tiene la dirigencia política y empresaria en los tiempos que corren.
En Sverdlovsk, región a la que pertenece Ekaterinburgo, "todas las áreas necesitan inversiones". Y, si la propuesta es interesante en lo que aporte de tecnología y en creación de puestos de trabajo, están listos para contraofertar reducciones impositivas y condiciones favorables para conseguir el asentamiento de la nueva empresa.
Después de todo, Ekaterinburgo es la tercera ciudad de Rusia y aunque Moscú y San Petersburgo sean los únicos imanes para la inversión hoy, no tienen por qué seguir siéndolo en el futuro.
"Moscú está muy globalizada", dice Belayeva. "Pero, según los ránkings rusos, Ekaterinburgo es una de las mejores ciudades para invertir. Hay mecanismos especiales para inversión, tenemos un ministerio de Relaciones Internacionales, uno de Desarrollo Económico", dice.
La consultora internacional PwC llega a la misma conclusión respaldándose en dos informes rusos y uno de Standard & Poor's. La rusa RBK en noviembre del 2012 identificó a Ekaterinburgo como la ciudad con el ambiente de negocios más atractivo de toda Rusia, y RA calificó a la región de Sverdlosk como una de las que mejor posicionamiento tiene en la relación potencial-riesgo, con gran potencial y riesgo mediano. Para la calificadora S&P, la ciudad tiene una calificación de BB+, con lo que PwC la califica como una de las "regiones más promisorias con alto nivel de atractivo para la inversión".
PwC dice en su Guía para la Inversión del 2013 que la región de Sverdlovsk ofrece mano de obra calificada, alto potencial científico y nivel educativo, proximidad a grandes mercados, un complejo industrial fuertemente diversificado, favorable posición geográfica en la frontera entre Europa y Asia, una infraestructura de transporte y comunicaciones desarrollada y una bien definida estrategia de desarrollo regional.
Desde la Cámara, Becedin agrega que la región de Sverdlovk, "no está suficientemente desarrollada aunque es rica en minerales, bosques y agricultura. Todas esas áreas necesitan inversiones". Y opina que la agricultura y la industria de la madera, a su juicio, son las prioritarias para desarrollar.
Finalmente, otras dos cuestiones que facilitan el acercamiento al mercado ruso es que los argentinos no necesitan visa para entrar al país y que, con las nuevas frecuencias aéreas vía Estambul se reducen considerablemente los tiempos de viaje. Las opciones tradicionales son por Frankfurt o Moscú.
Fuente: El Cronista.com
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