Buscan alternativas al dólar e impulsan reformas de la ONU, el FMI, el Banco Mundial y el G-20; enérgica condena al ataque a Libia


Comentá (34) TweetCompartir.Singh (India), Medvedev (Rusia), Hu (China), Dilma (Brasil) y Zuma (Sudáfrica), ayer, tras la reunión en Sanya, China. / DPA.SANYA, China.- En una exhibición del creciente poderío económico logrado tras la crisis financiera global, los presidentes del grupo BRIC (Brasil, Rusia, la India, China y ahora Sudáfrica) exigieron ayer, en una cumbre celebrada en esta ciudad, un sistema monetario mundial menos dependiente del dólar y mayor influencia en la toma de decisiones de instituciones multilaterales internacionales.

El mensaje puede resumirse de la siguiente manera: tenemos la plata, ahora queremos el poder que viene con él.

En su declaración final, este grupo de potencias emergentes, que representan un 40% de la población mundial (3000 millones de personas) y un 18% del PBI del planeta, dijeron que la reciente crisis financiera expuso las insuficiencias del actual orden monetario, que tiene al dólar como su eje.

"[Lo que se necesita es] un sistema internacional de reservas de divisas de base amplia que brinde certidumbre", afirma el documento, firmado por el jefe de Estado chino, Hu Jintao; el presidente ruso, Dimitri Medvedev; el primer ministro indio, Manmohan Singh; la mandataria brasileña, Dilma Rousseff, y el sudafricano, Jacob Zuma, presentes en el encuentro.

La declaración es una crítica a lo que el BRIC considera un descuido de Washington ante sus responsabilidades monetarias mundiales. Los miembros de este grupo creen que los enormes déficits comercial y presupuestario de Estados Unidos depreciarán aún más el dólar y promueven su sustitución paulatina por los derechos especiales de giro (DEG), una unidad contable y activo de reserva del FMI, cuyo valor se fija en función de las cotizaciones del dólar, el euro, la libra y el yen.

La disconformidad con el dólar se acentúa en momentos en que los países emergentes, con sus tasas de interés elevadas para frenar la inflación, se han convertido en imanes para los capitales. Estos buscan allí una rentabilidad mayor que la de los países industrializados, que ubicaron las tasas en sus mínimos históricos para salir de la recesión.

Pero ese arribo masivo de capitales valoriza en exceso la moneda de los países emergentes, lo cual alimenta la presión inflacionaria y afecta la competitividad de sus exportaciones, especialmente en países de cambio flotante, como Brasil. El gobierno brasileño ya adoptó varias medidas para esterilizar esa llegada incontrolada de dinero, como un impuesto del 6% a los préstamos de corto plazo de bancos y empresas fuera del país.

China, por su parte, se protege de ese fenómeno dejando un escaso margen de flotación de su moneda, a la que Estados Unidos acusa de estar excesivamente depreciada y de fomentar artificialmente las exportaciones chinas.

En otro ataque al dólar, los bancos de desarrollo de los cinco países del BRIC acordaron establecer líneas de crédito mutuas en sus monedas locales, no en la moneda norteamericana.

El jefe del Banco de Desarrollo de China (BDC), Chen Yuan, dijo que estaba preparado para prestar hasta 10.000 millones de yuanes (1530 millones de dólares) a sus colegas del BRIC, y su homólogo ruso dijo que buscaba pedir un préstamo en yuanes equivalente a 500 millones de dólares a través del BDC.

El llamado del BRIC por un nuevo orden monetario mundial no es nuevo. Pero el hecho de que la declaración de ayer apareciera horas antes de un encuentro en Washington de los ministros de Finanzas del grupo de las siete naciones industrializadas (G-7), las potencias tradicionales de la economía mundial, demostró la confianza cada vez mayor de los mercados emergentes.

Afectados por pesadas cargas de deuda, Estados Unidos, la zona euro y Japón intentan dejar atrás los efectos de la crisis financiera global de 2008. Los países ricos crecerán el 2,4% este año y el 2,6% el próximo, según estimó el FMI.

En contraste, los países menos desarrollados han salido relativamente indemnes de la crisis y el FMI prevé que los países de economías emergentes y en desarrollo crecerán el 6,5% tanto este año como el próximo.

La declaración final de la cumbre recoge: "China y Rusia [miembros permanentes del Consejo de Seguridad] reiteran la importancia que dan al estatus de la India, Brasil y Sudáfrica en los asuntos internacionales, y entienden y apoyan su aspiración de tener un mayor papel en la ONU".

Los líderes del BRIC, grupo del que participó ayer por primera vez Sudáfrica, también se refirieron a la necesidad de reformar el FMI y el Banco Mundial.

Exigieron, además, que el Grupo de los 20 (G-20), que reúne a las naciones avanzadas y a las emergentes, se convierta en el foro preeminente para la cooperación económica internacional y sustituya al Grupo de los 8, integrado sólo por los países industrializados.

Asimismo, en una crítica a la incursión de la OTAN en Libia, llamaron a "evitar el uso de la fuerza" y respetar la "independencia, soberanía, unidad e integridad territorial de cada nación". Además, apoyan la propuesta de la Unión Africana de establecer negociaciones entre el régimen del coronel Muammar Khadafy y los rebeldes.

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